LA PROVINCIA ENTREGO NUEVOS PATRULLEROS A LA UNIDAD REGIONAL VII GARAY DE POLICIA PERO NADIE SE ENTERO
LA PROVINCIA ENTREGO NUEVOS PATRULLEROS A LA UNIDAD REGIONAL VII GARAY DE POLICIA PERO NADIE SE ENTERO
EL ACTO NO CONTO CON LA PRESENCIA DE NINGUN FUNCIONARIO DEL GOBIERNO PROVINCIAL O LOCAL
Los detalles de un hecho que denota los conflictos internos y desafíos del gobierno provincial
El Ministerio de Seguridad de la Provincia entrego cuatro nuevas camionetas para la Unidad Regional VII Garay de Policía. Lo que hubiera sido uno de los hecho más importantes en materia de seguridad para la región en lo que va de este año se trasformo en la raíz de todo tipo de suspicacias que denotan el perfil político del gobierno provincial y sus principales desafíos. El acto de entrega de los patrulleros no solo no contó con ningún funcionario del ministerio. Tampoco asistieron autoridades locales o departamentales. Los presidentes comunales se enteraron por los medios, el propio senador no fue invitado. Para completar la lista de ausencias, el funcionario del gobierno más importante de nuestro departamento, el subsecretario de municipios y comunas, tampoco formó parte de los actos.
El no acto es en realidad una evidencia de la no gestión de un gobierno que hasta el momento no demuestra contar con un plan de acción y al que la crisis de la pandemia le sirvió como una excusa perfecta para esconder las improvisaciones a las que se ven forzados algunos de sus funcionarios que parecen no saber muy bien para qué están donde están. En otras circunstancias y en otras gestiones, estos hechos hubieran ameritado la presencia cuanto menos del ministro o del mismísimo gobernador. Sin embargo, esta nueva realidad abre la senda a interpretaciones que marcan la actualidad de los problemas que enfrenta el gobierno de Perotti. La más directa es la que indicaría lo que la región padece desde hace décadas, el desprecio y la desconexión con un ejecutivo central para quien las necesidades y demandas de la zona son consideradas como secundarias y propias de ciudadanos de segunda frente a las reales demandas de los ciudadanos de las grandes metrópolis del centro sur provincial donde se concentra todo el accionar gubernamental.
Estos menosprecios no hacen más que acentuar esas históricas asimetrías entre el desarrollo y la opulencia del centro sur provincial con la decadencia y la postergación del noroeste. Otra interpretación se vincula con los problemas internos de un gobierno que no encuentra el rumbo para consolidar su gestión y relanzar su plan de gobierno, si es que alguna vez lo tuvo. A esta altura, la pandemia se asemeja a un velo que encubre estos conflictos y sirve de excusa a la hora de justificar la escasa presencia territorial del gobierno en nuestra zona o sus nulas políticas en áreas claves como obras públicas, ambiente, vivienda, seguridad o la mismísima salud pública propiamente dicha luego de los escándalos protagonizados por el personal y el propio equipo directivo del Hospital local durante el pico de la pandemia.
PRESIDENTE COMUNAL JUSTICIALISTA O RADICAL, DA LO MISMO
A nivel político, todo haría presuponer que daría exactamente lo mismo si el presidente comunal fuera radical, socialista, troskista o demócrata cristiano, la desconexión con el ejecutivo parece ser completa y a nivel regional no hay dirigentes aparte del propio senador que defiendan la gestión o visibilicen su presencia en el territorio. La relación entre el gobierno comunal y el provincial no ha variado en comparación con las gestiones opositoras anteriores, es, sin más, meramente formal e institucional, no parece haber una comunión de proyectos que los identifiquen como parte de un mismo esquema de mando y poder. Lo cierto es que el gobierno comunal no ha conseguido ninguna solución a los problemas estructurales de la localidad con la llegada de un gobierno que se hunde en sus dilemas y las diferencias internas. El ala dura del kirchnerismo en la provincia reclama mayor acción y presencia, trabajo y construcción de consensos a la vez que no entiende la laxitud de un gobierno que luego de casi un año en el poder parece no haberse enterado que gobierno la provincia. Si retomamos las declaraciones del Ministro Sain, uno de los de mayor exposición y presencia de la gestión, bien podríamos inferir que sus polémicas declaraciones y críticas hacia la institución que conduce bien podrían caberle a la gestión misma. Quien podría negar que el gobierno es el que parece salir al “tun tun” quejándose por todo pero sin solucionar nada. Habrá que destacar que de todos los ministros, con sus aciertos y errores, Saín y Martorano son quienes concentran la mayor atención por las obvias razones propias de la dinámica actual, sin embargo, la crisis sanitaria y de seguridad que arrastra la provincia desde hace décadas, no justifican el silencio y la inacción de las demás carteras en tanto este tipo de problemáticas requieren un abordaje integran y multidisciplinario que permita brindar respuestas concretas a las coyunturas inmediatas mientras se generan las condiciones para resolver los núcleos estructurales de los problemas de fondo.
La no gestión en Garay resulta insoportablemente evidente, los presidentes comunales no son capaces de consensuar ni siquiera la elaboración de un documento conjunto para solicitar la llegada de un fiscal distrital que ordene el trabajo de la policía lo que resultaría determinante en la resolución de los problemas de seguridad que aquejan a la región desde hace décadas y que, si bien no revisten la complejidad propia de la de los grandes centros urbanos, demanda de un conocimiento integral de las características de la región que permita adecuar programas y políticas a la idiosincrasia de la zona.
La figura del fiscal quitaría a los presidentes comunales la carga de hacerse cargo de problemas que están fuera de su órbita en tanto incumben al Poder Judicial. Su incapacidad para consensuar y elevar un pedido formal a un gobierno que, en el caso de nuestra localidad pertenece al mismo proyecto político, ciertamente, no tiene excusas, es otra de las tantas muestra de incapacidad gubernamental pero, por sobre todo, de miopía política a la hora de construir poder con presencia territorial. Demás está decir la importancia de los aportes que como jefes territoriales podrían ofrecer al proyecto de reforma policial que lleva adelanta el Ministro Saín, o lo importante que sería para la ciudadanía de la región conocer de primera mano las características de la iniciativa de parte de los funcionarios provinciales. Estas exigencias parecen de otro universo si se considera que la ciudadanía de Garay ni siquiera se entero que la Unidad Regional VII de Policía recibió 4 modernos patrulleros de parte del gobierno provincial.
Si no se cambia el rumbo a partir de la llegada de la vacuna que deje atrás la pesadilla de la pandemia o se introducen los cambios en el gabinete que adelantó el gobernador, la labor será muy cuesta arriba para el PJ provincial que al igual que a nivel nacional se canibaliza en internas y resquemores para con figuras de la derecha reutemanista que para muchos ya son historia y que, definitivamente, han demostrado sentirse más cómodas en espacios neoliberales de la ultra derecha representada por Juntos por el Cambio tal es el caso, nada más ni nada menos, que del propio ex gobernador y ex fórmula uno.
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